El doblaje es poco valorado en este país. El “en versión original es mejor” prevalece sobre cualquier trabajo, este o no mal hecho. Efectivamente, cuando conoces una lengua, la versión original vence porque notas mejor la manera de transmitir con su voz que han tenido los actores.
Pero no hay que olvidar que
pierdes gestos, si la versión original es subtitulada. Asique al final, debes
perder una cosa o la otra hasta que finalmente dominas un idioma. Y son los
dobladores, los buenos dobladores, los que nos permiten disfrutar del conjunto
hasta que no la dominamos, no lo olvidemos. Y en nuestro país hay grandes
dobladores.
Uno de ellos destaca –destacaba,
aunque aun me cueste utilizar el pasado -, sobre todos ellos. Constantino
Romero ha sido la voz durante mucho tiempo de grandes y pequeños personajes,
pero sobre todo de los grandes. El buen hacer de profesionales como él a veces
engrandecen películas (aunque muchos crean que es imposible) y, en todo caso,
permiten disfrutarlas de la misma manera que se haría en versión original.
Se retiraba hace unos meses, con un Esto es todo amigos. Su voz así dejaba de sonar profesionalmente, y eran sus familiares y amigos quienes la disfrutarían desde entonces.
Se retiraba hace unos meses, con un Esto es todo amigos. Su voz así dejaba de sonar profesionalmente, y eran sus familiares y amigos quienes la disfrutarían desde entonces.
Constantino Romero es la voz, la
voz paternal, la voz filosófica, la voz de tipo duro. La voz que nos hablaba de Orion, de antiguos
reyes que brillan en el firmamento, de verdades ocultas que construyeron la
historia de imperios en galaxias lejanas. La voz del esclavo que luchan por su
libertad, la voz del capitán del Enterprise, del agente secreto más conocido de
la historia y por supuesto, la voz de otro grande como él, Clint Eastwood.
Constantino Romero será las voces de esos personajes por siempre, porque las
hizo suyas (e incluso hacía suyas las de los actores que los interpretaban).
Suyas son para todo el imaginario colectivo de los españoles que acudían y acudíamos
al cine a ver esas películas.
Tantas y tantas voces (14 paginas
en la página eldoblaje.com) de un trabajador incansable y de un gran
profesional, apreciado también por el público por su labor como presentador de
televisión. Aun me parece escucharlo en Alta tensión, con esa voz tan característica,
grave pero cálida, haciendo las preguntas a los concursantes.
No suelo hacer obituarios porque
creo que nunca se llega a conocer realmente a la persona a través de su
trabajo, y por ello es mejor dejarlo a familiares, a amigos, que con sus palabras
puedan hacer justicia a todo lo que era la persona. Otra razón (por la que no
he hablado aquí de perdidas como la del Gran Alfredo Landa tan solo hace dos
días, como la del genial Pepe Sancho, o como tantas otras anteriores) es que siempre
me queda la duda de si conoceré completamente sus trabajos, si hare honor a
todo su legado.
Pero los trabajos de Constatino Romero forman parte de nuestra
cultura, y su voz nos ha acompañado tantas veces, a través de tantos y tantos
personajes, que siento como si conociera algo más, como si realmente pudiera
darme cuenta de la grandeza de su legado, de la aportación tan grande que ha
hecho al cine. Hoy se nos ha ido de verdad Mufasa, Darth Vader, el replicante
de Blade Runner. Hoy sí podemos llorar su pérdida. Hoy Constantino se ha ido a
reunirse con todos ellos, pero nos ha dejado su voz como recuerdo. Gracias por
ello.
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