sábado, 15 de diciembre de 2012

El Hobbit, reencuentro con la Tierra Media

En primer lugar quiero admitir que sí, que solo escribo de guindas a brevas. Pero tengo un motivo, y es que normalmente solo escribo para hablar de lo que me gusta, y no para criticar aquello que me disgusta. Y ello con excepciones vergonzosas para mí como no haber escrito nada sobre Argo (gran película de Affleck), pero también con contenciones de indignación que me honran, como A Roma con Amor.

En todo caso, en ocasiones no puedo más que escribir, aunque lo que escriba nunca merezca demasiado la pena, sobre cosas realmente emocionantes. Y el Hobbit ha sido una de ellas.

Y sé que no lo ha sido solo para mí. Fuera de lo que podrían ser criticas objetivas sobre el film, quiero centrarme en aquello que, supongo, le habrá pasado a muchos de los que hoy han acudido a los cines (viento y lluvia mediante) para reencontrarse con un mundo conocido



Cuando te encuentras por primera vez con la Tierra Media pueden pasar tres cosas: que te deje indiferente (incluyendo aquí a aquellos que aborrecen la fantasía, cosa que aun me resulta inexplicable), que te parezca entretenido, o que te fascine de tal forma que se convierta en uno de esos lugares a los que te gusta acudir de vez en cuando, en los momentos en los que la realidad es aburrida, o triste o incluso cuando ocurre algo excitante que te recuerda en cierto modo a aquellos parajes e historias épicas que llegas a aprenderte como si fueran parte de tu historia.



A todos los que nos ocurrió eso, que una vez traspasado el umbral y dado el primer paso nuestras vidas cambiaron para siempre y siempre estarán ligadas con la Tierra Media, el Hobbit era una cita imprescindible en nuestros calendarios.

Si, en primer lugar era una única cita, que se han ampliado a tres. Dicha información sobre la ampliación, nos sacudió a todos con una mezcla de temor y desconcierto. En el mundo lleno de cínicos donde vivimos no hay otra, y sobre todo en cuanto a avisos como este, que parece que no esconden en absoluto su intención, es decir, sacar más dinero. Acostumbrados a historias que se alargan y alargan sin darles un final, con la avaricia y la omnipresente recaudación de taquilla como consejeros, todos nos sentimos un poco estafados por Peter Jackson.

Pero, si tengo que ser sincera, después de ver la película quiero tragarme públicamente mis dudas sobre la verdadera razón de dividir esta pelicula en tres. Efectivamente el libro es corto. Mucho más corto que el Señor de los Anillos. Pero también es mucho más entretenido. Y la razón es que es un puro libro de aventura fantástica, que no deja ni un respiro al lector, que se interna en una nueva aventura sin dejar tiempo a reflexiones sobre la anterior. Esa era una de las grandes virtudes del libro (muy superior a la trilogía sobre el anillo único a la que antecede y sirve de prólogo, maravilloso prólogo), que traspasada a lenguaje cinematografico da lugar, por supuesto, a muchos mas minutos de los que cabria esperar

Criticas las ha habido para todos los gustos: por un lado, que si es muy infantil, critica realizada normalmente por un sector que si ha leido, ha olvidado el libro, o directamente nunca lo ha tocado (la historia era en origen un cuento para los hijos de Tolkien). Por otro lado, que si, puesto que la historia era ligera, más infantil, Jackson se ha pasado intentandola hacer épica.

En lo que a mi respecta, no creo ni una cosa ni la otra. Esta bien llevado el tono de la película, efectivamente, entre una historia épica y puro entretenimiento palomitero de fantasía. Como digo, el libro era un libro ligero, sí, pero no hay que olvidar que trataba sobre como un hobbit, un pequeño y tranquilo habitante de la Comarca, fue capaz de ayudar a recuperar su hogar a los enanos, a través de un sinfin de aventuras y a través de descubrir su propio valor, entendido tanto como coraje como su capacidad de convertirse en el héroe inesperado. Si a alguien eso no le parece suficientemente épico, mezcla una lucha contra un dragón, una guerra pasada y una futura, y la resolución de nimiedades tales como estar a punto de ser comido por troles, como escapar de arañas gigantes o como jugar a los acertijos para salvar tu propio pellejo y encontrar de nuevo el camino hacia tus compañeros de travesía. Con menos aventuras sucedidas a un único personaje se han escrito poemas épicos desde la antigua Grecia.

Y dejando de un lado estas críticas, que considero sin fundamento, tengo que dejar claro que no defiendo que la película sea una obra maestra ni una imprescindible para todos los públicos. Solamente señalo, indico, subrayo, que cualquier amante del mundo tolkeniano disfrutara de principio a fin, como un niño. Reencontrarse con algo bueno y conocido supone siempre una alegría. Este ha sido el caso. Volver a la Tierra Media, a esa Tierra Media realizada por Jackson,  el que fue mi primer encuentro al no haber leido los libros con anterioridad, llena de emoción y alegria a cualquier verdadero fan. Siento haber dudado de Jackson, porque su amor por los hobbits, elfos, historias y mitos de la Tierra Media es como el de cualquiera de nosotros, y de verdad creo que no ha sido dinero lo que ha buscado, sino una adaptación lo más fiel al libro posible, teniendo en cuenta la diferencia de lenguaje que presenta el cine respecto de la literatura, y la posibilidad de ampliar el libro con historias que sucedieron en la Tierra Media a la vez que Bilbo llevaba a cabo su viaje. Es decir, aquello que cualquier fan pediría por Navidad.

Como veis, ni siquiera quería hacer una crítica cinematográfica. No queria diseccionar la peli, hablar de como se sostiene la historia, de aquello que sobra o aquello que falta, ni siquiera (y eso que me encanta) hablar sobre los actores y loar la labor de Freeman o Mckellen por ejemplo (y eso que cualquier elogio sería totalmente justo). Solo quería animar a aquellos fans que se han dejado llevar por la longitud del libro y el excepticismo sobre si daría o no para una trilogía cinematográfica y decirles que, en realidad, no importa. No se van a aburrir, eso se lo garantizo, y volver a la Tierra Media siempre merece la pena.

Para el resto, no puedo decir nada. Si intentara ponerme objetiva diría que es entretenida, y si se busca un entretenimiento, es digna de verse. Pero tengo miedo de que la subjetividad nuble mi juicio (aunque no creo que esté sucediendo) asique prefiero decirles que se han equivocado al acudir aquí para obtener una crítica sobre la película. Aquí solo puedo hablar de ella como si fuera el medio de encontrarme con viejos amigos, y eso siempre supone que aquellos que desconocen a esos amigos no puedan disfrutar de la misma forma ni sentirse tan cómodos en su presencia. Fascinados puede que sí, pero desde luego faltara ese sentimiento de familiaridad tan bueno cuando hace mucho que no ves a alguien o algo querido. Asique como en mi caso la fascinación ha venido de la mano de esa familiaridad, no quiero arriesgarme a deciros que os fieis de mi.



En definitiva,  fans de Tolkien, fans de la Tierra Media de Jackson, os invito a comenzar (de nuevo) este viaje con Bilbo. Como aquel, será al final más largo de lo que pudo parecer al principio, pero como aquel creo que la recompensa será mucho mayor de lo que esperabamos, como lo fue para el pequeño hobbit. De hecho, lo único que me molesta es tener que hacer un alto en el camino que durara un año hasta poder proseguir el viaje. Pero todo merecerá la pena a cambio de reencontrarse con la Tierra Media, y a cambio de que, de nuevo en el hogar, una vez que todo haya sucedido, tengamos una historia o dos que recordar. Porque nosotros conocemos el secreto, y ya sabemos que sí vamos a volver, y también, que cuando lo hagamos no seremos los mismos.


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