Cisne Negro. Especial Oscar 2010
Cisne Negro es definido como un thriller psicológico. No se me ocurre mejor descripción. En el cine hay películas que pasan en la realidad, en mundos fantásticos, y algunas, como la que nos ocupa, en la mente del protagonista. No porque todo sea un sueño, un recurso no sólo patrio, si no porque la locura retratada tiene mucho juego, pero es un arma de doble filo.
Dentro del mundo de la danza, la presión es, en realidad, como en cualquier trabajo en este mundo competitivo en el que vivimos, enorme, aunque tal vez en el mundo del arte es mucho mayor. Si unida a esta presión se encuentra un trastorno psicologico, obsesivo-compulsivo, la fragilidad de una persona se puede convertir en un afán auto-destructivo.
La historia es sencilla, porque es la misma que la del Lago de los Cisnes. Un elemento que hace que la película sea tan complicada por momentos como sencillo su desenlace. Sustituir al Cisne Blanco, frágil, por la fragilidad de una bailarina con una madre sobreprotectora (aunque con motivos para serlo) y con serios trastornos de personalidad. Sustituir el anhelo del amado principe por la búsqueda de la perfección. Y la malvada gemela, el cisne negro, por el hecho de saber (o pensar), que la ansiada perfección solo se podrá conseguir sucumbiendo definitivamente a la locura.
La excelente interpretación de Natalie Portman haría por si sola que la película saliera a flote, pero lo cierto es que el inquietante y bien construido guión, y la estética cuidadisima y a la vez sencilla de la película hacen el resto para crear un marco de sensación de angustia, de sorpresa, de miedo y finalmente, de comprensión, más que de la protagonista, de la película en sí. Es buena.
Sin embargo, merece la pena por la interpretación de Portman, que por fin demuestra lo que todos sabiamos desde el principio, que es la mejor actriz de su generación.
Disfrutadla
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